sábado, 19 de octubre de 2013

Mi historia entre tus dedos (Populaire): 10




C
Como casi siempre, las películas extranjeras (entiéndase no-hollywood) son MUCHO mejores. Este es una cinta francesa excelente.

Ambientada en los años 50, Rose Pamphile  (Deborah Francois) es una francesa pueblerina que tiene por sueño como casi todas las chicas de ese lugar, ser secretarias, si, leiste bien: secretarias. Se va entonces a la Capital y logra el puesto en una aseguradora, de quien el dueño y jefe es Louis Echard (Roman Duris), un tipo parco e inseguro, gracias a su padre, que siempre lo desestimó.

El puesto no se lo dieron por ser una secretaria competente, ya que ella era más bien... torpe, sino por que tenía una gran habilidad: tecleaba velozmente en su máquina de escribir.

Como el jefe no pudo triunfar en la vida, le pidió a su secretaria participara en el concurso anual de mecanógrafas que se realizaría en la Ciudad. Para esto, Louis mediante artimañas convenció a Rose para que pasara a vivir en su casa y así la entrenara para poder ganar, ya que ella sólo utilizaba cuatro dedos, en lugar de los diez.

Rose gano en la Capital, también ganó la final en el País y por último, ganó el concurso mundial de mecanógrafas realizado en New York.

Entre que la capacitaba e instruía, fue creciendo el amor entre ellos. Ella no lo ocultaba pero Louis si, por que el final fue tremendamente emotivo, ya que Louis pudo expresar su amor en público y sin complejos.

Película finamente divertida y sorprendente, que muestra los valores tan particulares de esa época.

Profesionales:
TCF Mi historia entre tus dedos
Populaire (Francia, 2012)

Género: Comedia Romantica

Clasificación: B Duración: 111 min

Director: Régis Roinsard

Actores: Romain Duris,Déborah François,Shaun Benson,Bérénice Bejo

En la Francia de finales de los años 50, Rose Pamphyle busca alcanzar el éxito trabajando como secretaria. Empleada por el apuesto agente de seguros Louis Échard, Rose demuestra una total incompetencia, excepto por un talento excepcional para escribir a máquina. Louis decide inscribirla en un torneo internacional de mecanografía rápida, deporte de gran popularidad y feroces competidoras, donde él y Rose desarrollarán un lazo especial que jamás imaginaron


Gravedad (Gravity): 9.8

Estaban cuatro astronautas reparando un satélite, cuando un incidente desecandenó en que varios otros satélites fueran dañados y hasta destruidos por objetos que volaban a altísima velocidad. De ellos, sobrevivió unicamente la Doctora Stone, personificada por Sandra Bullock.

Esta cinta muestra la desesperación de los astronautas en la total soledad y silencio que existe allá... arriba.
No entendí por que tuvo que soltar a Matt (Clooney), también me pareció exagerado que pudiera maniobrar la nave aún estando en chino los botones. Muy humana la sección donde Clooney "reaparece" y le da instrucciones en estado insconsciente... ya que el ya estaba muerto. El aterrizaje también tuvo algunas cuestiones dudosas que se dieron por obvias.

Me pareció bastante didáctica esta película. Bien por Cuarón.

Profesionales:
Título: Gravedad
Género: Thriller, suspenso
Dirección: Alfonso Cuarón
Elenco: George Clooney, Sandra Bullock, Ed Harris
Duración: 90 minutos
Clasificación: Apta para mayores de 13 años
Calificación: Excelente
Una de las cosas hermosas que tiene el ver cine, entendido esto como la experiencia de ingresar a una sala con buenos equipos de proyección y las comodidades que corresponde, es la capacidad para hacer del espectador un títere de las situaciones que se ven en pantalla. Lograr que una persona se retuerza en la butaca, sude, llore o salga hecha un manojo de nervios, o con alegría, o con asco, es el gran poder que tiene el buen séptimo arte.
La parte triste del asunto es que no lo hacen muchas películas, pero de vez en cuando aparece un director como el mexicano Alfonso Cuarón (Y tu mamá también, Niños del hombre) y patea el tablero con una producción que a cualquiera lo saca del eje. Gravedad, un filme con título pequeño al igual que su elenco, es uno de esos raros casos, donde lo audiovisual lleva de la mano al público hacia una aventura asfixiante.
La doctora Stone (Sandra Bullock) es una talentosa profesional que viaja al espacio por primera vez en una misión, mientras que Matt Kowalsky es un veterano astronauta que se encuentra desarrollando su último trabajo en órbita. Cuarón deja claro en poco tiempo y con gran soltura (además de la dirección, el guión le pertenece junto a su hijo Jonás) quién es quién en este contexto: la mujer es la de los problemas, en su cabeza y en la Tierra, y el hombre es el superado, el seductor y el conocedor de esa inmensidad que es el cosmos.
La dupla, absoluta protagonista de los 90 minutos del filme, se encuentra flotando a cientos de kilómetros porque tiene que resolver cuestiones técnicas, hasta que fragmentos de chatarra espacial chocan con ellos provocando el desastre y la espantosa situación de encontrarse solos en la nada literal. A partir de ese momento, se las tendrán que rebuscar para sobrevivir, con una ristra de contratiempos que incluye la escasez de oxígeno en sus equipos hasta el interrogante de cómo corno pueden  hacer para regresar a casa.
Juntos, somos mucho más que dos. La cita viene al pelo para el trabajo que llevan adelante Clooney y Bullock. El trabajo que realizan es notable (hablando tanto por lo que hacen sus personajes como por la labor actoral), en una película prácticamente única por su minimalismo aparente: es decir, dos seres flotando en el espacio, pero con secuencias que podrían meterse de lleno en las enciclopedias de cine por su factura técnica y por su belleza visual. Las panorámicas son espectaculares, y ya desde el inicio Cuarón se luce con la presentación contextual, al mostrar un mínimo puntito en la negrura que se va acercando hasta delinear la nave y alguien trabajando sobre ella.
La nada absoluta viene en compañía de la ausencia de sonido, y para eso se propone una utilización medida de la música incidental, que acompaña cada una de las situaciones sin pasarla por arriba. Otra de las cuestiones que hace de Gravedad un trabajo pocas veces visto es que presenta una historia simple (la misión, un accidente, la lucha por la supervivencia) pero con una carestía de perspectiva que al espectador lo deja asombrado.
Si vale una recomendación, es quizá el más claro ejemplo de una película hecha pura y exclusivamente para saborearla en una sala de cine, aquí no hay tecnología casera que valga para suplantar lo que el ojo es capaz de apreciar en una pantalla cinematográfica, con tecnología 3D. Gravedad es la oportunidad para satisfacer ese deseo de disfrutar del cine, y pagar un ticket para recuperar la capacidad de asombro.

APUESTA MÁXIMA (Runner): 8

Apuesta máxima
Richie (Timberlake) es un ambicioso estudiante que realiza exitósamente apuestas en línea, hasta que un día,
pierde mucho dinero y documenta las evidencias para demostrar al dueño del sitio que le han hecho trampa.

El dueño Ivan Block (Ben Affleck) y el sitio residían en Costa Rica, por eso de los bajos impuestos, poca revisión, impunidad, tracalerías, lavado de dinero, chantajes, asesinatos, sobornos y más dulcecitos que no podría hacer en EU; Richie fue a ese país y logró ser la mano derecha del dueño casi al instante... más tarde se dió cuenta que no era gratis esa supuesta "mano libre" que le había otorgado el ambicioso y traicionero dueño, ya que incluso, como las autoridades sospechaban pero no podían comprobarle nada, tuvieron que aliarse con richie para hacer un cuatro, que también el dueño le estaba preparando a Richie.

La historia no está bien fundamentada, ya que el bueno (Richie) logró ganarle al malo simplemente dando más sobornos, es decir, no hubo una historia y trama inteligentes. El personaje de la morenaza fue muy pasivo y "raro", ya que de la noche a la mañana ya estaba enamorada de otro.

Profesionales:

Richie Furst (Justin Timberlake), un estudiante de Princeton presionado por su deuda con la universidad, apuesta todo su dinero en el póker online. Tras perderlo todo, confirma sus sospechas de que ha sido estafado, por lo que decide ir a Costa Rica a confrontar a Ivan Block (Ben Affleck) el CEO del sitio de apuestas. La respuesta de Block termina siendo sorpresivamente generosa, pues no sólo se disculpa por lo sucedido sino que le propone una irresistible oferta laboral. Dejando de lado sus planes futuros de trabajar en Wall Street, Furst acepta seducido por el nuevo estilo de vida que el negocio le ofrece, sin sospechar las nefastas consecuencias de su decisión.
“Apuesta máxima” es dirigida por Brad Furman, el mismo director de “Culpable o inocente” (“The Lincoln Lawyer”, 2011) una de esas películas que afuera de EE.UU. casi nadie fue a ver, pero que valía cada peso del boleto de entrada. El talento de Furman en esta película se nota en el buen ritmo y el nivel de las actuaciones, más no en el resultado final pues la historia deja bastante que desear.
La dupla de guionistas Brian Koppelman y David Levien, quienes escribieron “Apuesta final” (“Rounders”, 1998) y “Ahora son 13” (“Ocean’s Thirteen”) tienen experiencia en describir los universos ludópatas, sus estafas y luces, sin embargo, en esta oportunidad no logran solidificar la trama, pues el tema está más cerca del cine de mafia que al del mundo de las apuestas, y lo que queda está al límite de lo verosímil y el estereotipo.
Otro de los problemas de este “thriller”, es que pese a las patadas y persecuciones mínimas, nunca sentimos —salvo un par de excepciones (un solo par)— que los personajes estén en un verdadero peligro, más allá del desastre financiero o legal. A veces un personaje desaparece y se teme lo peor, pero nunca lo vemos en desgracia. Algo así como el genocidio de “La amenaza fantasma”.
En esta película también se echa de menos una profundidad respecto al universo en el que se desarrolla. No basta mencionar las cualidades de los personajes, es necesario verlas. Lo mismo con el aspecto moral. Al igual que el personaje de Tom Cruise en “Fachada” (“The Firm”, 1993) Richie Furst además de lidiar con quienes le rodean, debe hacerlo con el FBI y velar por los intereses de su ludópata padre (el lastre del personaje, como el hermano preso de Cruise). Pero en el caso de la cinta de Sidney Pollack del 93, había un ethos claro. En “Apuesta máxima” en cambio, lo que se gana no vale tanto moralmente como para que valga la pena hacer una película sobre esta lucha. Por lo tanto, lo que queda es el espectáculo. Y aún así no hay mucho más. La fiesta a la que llega el personaje de Timberlake después de unos cuantos deus ex machina en el segundo acto, aunque la hagan parecer la fiesta más cool de Centroamérica, recordará más al circo de los tachuela que a otra cosa.
La película en todo caso cumple con la premisa de entretener y eso es mérito de Furman, sin duda. Pero la trama tiene más agujeros que un colador y sus explicaciones son demasiado evidentes. Básicamente la mitad de los diálogos son esclarecimientos de algo que debiera mostrarse sub-textualmente.
Al menos la película puede venderse gracias a un casting estelar. Un multiplatino cantante pop que actúa decentemente y un actor/director/productor ganador del Oscar a la mejor película del año. Lamentablemente, los roles son acá el problema, no el nivel histriónico.
Por ejemplo, Justin Timberlake representa a un graduado, pese a tener 32 años. Su aspecto juvenil permite una caracterización creíble pero, de nuevo, al límite de lo verosímil. Probablemente será la última vez que lo veremos hacer de un estudiante, pues las patas de gallo (léase “viejazo”) están a la vuelta de la esquina. Por otro lado, Affleck interpreta a este lord tránsfugo del póker, de quien su misterioso pasado promete sabrosas infidencias que a la postre nunca llegan.
Con los secundarios es lo mismo, buenas actuaciones, pésimos personajes. Gemma Arterton interpreta a Rebecca Shafrán, la novia/ex-novia de Block/interés amoroso de Furst quien no es más que una niña bonita en esta historia. Sin motivaciones aparentes, ella decide ir de un lado para otro sin otra explicación más que una línea de diálogo.
Sin duda, esta película es otra producción intrascendente made in Hollywood, pues entretiene, pero sólo funciona por estar hecha según una fórmula y, para ser más claro, con las costuras a la vista. Por lo tanto, al momento de ir al cine, habrá que tomar la experiencia con cautela, sin expectativas, y una vez que se abandone la sala, tener resignación y no sentir sin arrepentimiento.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Audios de Educación XXI - 1.

Leonardo Kurchenko conduce un programa en WRadio los sábados por la mañana denominado "Educación XXI", en donde aborda junto con sus invitados -expertos nacionales e internacionales-, temas muy interesantes respecto del proceso educativo en todos sus niveles.

Ayudado por Audacity, me dí a a la tarea de grabar los audios y compartirlos por esta vía. Ojalá lo escuchen, valen mucho la pena.

Agentes del cambio 1 y 2:
http://www.mediafire.com/listen/7vgcj5c5daqnqqo/Educ21_AgentesCambio1.mp3
http://www.mediafire.com/listen/ih3l7hqgq5h6xbx/Educ21_AgentesCambio2.mp3

lunes, 7 de octubre de 2013

SARDU - Para instalar múltiples ISOs de Windows en USB para boot.

0. Formatear tu USB en FAT32 (recomendado, ya que la mayoría actual lo reconoce) o NTFS.
1. Bajar SARDU, e instalarlo desde el disco duro, ya que se instala en la ruta actual.
2. Copiar en la ruta específica de SARDU los ISOs y renombrarlos. El ISO de XP debe ser original, no tocado.
3. En la pestaña Windows dando el click sobre el windows que deseomos nos dice como debe llamarse el archivo ISO,
   para poder ser reconocido. Mientras no copies los ISOs estarán desactivadas las casillas.
4. Una vez que copies los ISOs sal y entra de SARDU y veras que automáticamente se activan las casillas.
5. Seleccionar cuidadosamente el USB que vas a preparar, en Search USB.
6. Vas a la pestaña Windows y confirmas que esos sistemas operativos quieres.
7. Das click en la imagen de USB y contestas si estas seguro. Esperar y listo.