Aún conociendo que era una película cristiana, fui a verla por que vi el trailer muy interesante: un estudiante de filosofía debía convencer a su grupo que Dios NO está muerto.
Empezó muy bien, el profesor ateo convencido, pidió a sus alumnos evitar la explicación de que Dios no existe y escriban de una vez en una hoja la frase "Dios está muerto" y la firmen, para poder continuar con los siguientes temas de clase. Sin embargo, Josh, un joven estudiante cristiano, rehusó a hacerlo, argumentando que siente que Jesús es su amigo y que no merece esa traición.
Entonces el profesor lo reta a aprobar convenciendo a todo el grupo de que Dios no está muerto, de lo contrario reprobaría. Josh acepta.
La película se desarrolla muy bien, con buenos e inteligentes debates en pro y en contra... hasta que la película empieza a ponerse tendenciosa, obvio, hacia el cristianismo.
Una vez que la cinta tomó esa dirección, empezó a mostrar a los ateos como gente infeliz y con finales fatales. Los creyentes, por el contrario, empezaron a vivir cierto regocijo interno típico de los creyentes que no quieren dudar, e incremento en la aseveración de su fe.
El director se aseguró de integrar a la cinta personas de diversas etnias, para que no quede duda de la verdad absoluta y universal. Un asiático, que aún en contra de su padre se convirtió al cristianismo; una oriental (musulmana tal vez), que también se convirtió aún que la expulsaran de casa, entre otros casos.
El ateísimo profesor al final fue atropellado, casualmente cerca de dos reverendos de la iglesia cristiana. Uno de los reverendos, aprovechó la desesperación de la agonía del profe para condicionar su partida con base en sus creencias, o sea, presionó a que acepte a Jesús como su salvador antes de morir.
Por cierto, en muchas escenas de los citados reverendos, los carros no podían arrancar si no tenían suficiente fe... es neta.
