Una persona que conociste en una reunión, a la que le comentaste de manera genérica —como un gesto amable que le dirías a cualquiera— que “para lo que necesite, estás a sus órdenes”, un día llega a tu casa pidiendo ayuda. Quiere quedarse esa noche porque su marido es violento y acaba de tener una pelea con él. Aunque tiene dinero y todos los recursos, en realidad necesitaba apoyo emocional, y tú la dejas pasar. Se queda en el cuarto de huéspedes.
La familia que la recibe está formada por una mujer exitosa y su esposo, un hombre al que ella ha ayudado a crecer como arquitecto aunque ella es la artista principal. Tienen una hija adolescente y rebelde que se mete en retos (challenges) peligrosos con sus compañeros. Uno de esos retos la metió en un gran problema: debía conducir a toda velocidad durante 10 segundos en una carretera oscura y luego encender las luces; al hacerlo, atropelló a un hombre y lo dejó en coma, todo por ganar likes.
Hasta ahora, no se entiende claramente qué quiere la huésped. Ella ya se enteró del accidente. Además, el marido tiene otra relación formal con otra mujer, a la que incluso le da parte de su quincena; la esposa no lo sabe aún. Por otro lado, la huésped descubrió que la esposa tiene una relación muy fría con su marido, y entre ellas ocurrió un arranque lésbico. Esto ha hecho que no quede claro qué busca realmente la huésped. Han intentado sacarla de la casa varias veces, pero por una u otra razón no lo logran. En general, parece estar de acuerdo con alguien más para ejecutar un plan dentro de la casa, aunque aún no se sabe cuál.
La serie, en general, está floja: la protagonista está indecisa sobre si le gusta o no la mujer con la que tuvo relaciones; va a psicólogos; su esposo quiere llegar a ser el jefe de los jueces; están buscando algún escándalo para evitar que llegue; y la hija, por su reto, atropelló a una persona. Ya apareció la suegra, pero con un video se demuestra que la hija no conducía ese día, así que alguien plantó esa evidencia.
Mientras tanto, la huésped está provocando al próximo juez general de una manera burda e ilógica. La serie se extiende y se extiende solo para mostrar cuerpos y escenas eróticas.
En términos generales, el aspirante a fiscal mayor ha tenido relaciones con su secretaria, con su cuñada, obviamente con su esposa y, últimamente, con la huésped. Como su nombre lo sugiere, “la enemiga en casa” no se sabe controlar. En su camino hacia la fiscalía hay una muerte que se está esclareciendo. Ese día varios jugaban el reto de manejar 10 segundos a oscuras y atropellaron a alguien, pero ya se vio que otra persona golpeó a la víctima y la aventó a la calle justo antes de que pasara el carro.
Ahí se muestra la relación entre dos hermanos y sus hijos, que normalmente se llevan bien, pero el destino los pone en conflicto. El aspirante a fiscal —cuyo nombre no recuerdo— es muy truculento y está dispuesto a todo con tal de llegar a ser fiscal general.
La huésped, por su parte, es una mujer con una infancia trágica. Está enamorada de un compañero de lucha y también quiere vengarse del mismo abogado, Alejandro (o algo así). Se acuesta con quien sea necesario: el aspirante a fiscal, su esposa, incluso la hija, con la táctica de acercarse a la familia para, desde dentro, hacer lo que sea: asesinatos, extorsiones, manipulación. Es un juego político para ver quién llega al poder. El fiscal aspirante es odiado por todos, aunque muy guapo.
Al final, debo reconocer que la serie sí se pone interesante. La huésped, cuyo verdadero nombre era Rocío Torres, de niña sufrió un accidente con su mamá y vivía en una zona muy pobre. Conoció a Alejandro Malagón cuando ella era adolescente; él le llevaba unos tres años. Le prometió sacarla de la ciudad y darle una mejor vida, pero con la condición de acostarse con él. Ella aceptó, se enamoró profundamente, y luego descubrió que para él solo era una apuesta.
A partir de ahí, su vida cayó en desgracia. Enloqueció, delinquió, robó, y terminó en la cárcel y en un hospital psiquiátrico durante diez años. Ahí conoció a una mujer esotérica que había matado a su familia. Rocío tenía un hermano, Pepe Torres, que era quien ejecutaba los asesinatos y las tareas que ella no podía. Ambos se cambiaron de nombre.
Rocío siempre tuvo un objetivo: vengarse de Alejandro Malagón y hacer que él sufriera al ver morir a su familia. Por eso llegó a esa casa. Por eso sedujo a la esposa. Ella se acostaba con todos, pero en realidad no amaba a nadie: todo era parte de su plan.
Al final, todo se descubre. Ella era realmente “la enemiga en casa”. Planeó todo junto con su cómplice para arruinar a Malagón durante años. Pero cometió errores y los tres —Alejandro, su esposa y su hija— lograron salvarse. Esa parte es medio extraña, porque al final parece que todos se reconcilian