

El partido estaba para cualquiera de los dos equipos y el que cometiera un error podría pagarlo caro y así fue para el América, pues se desconcentró en un instante y Chivas no perdonó.
Pasaban los 68 minutos de tiempo corrido cuando Alberto Medina sacó un centro desde el costado izquierdo a la llegada de Sergio Amaury Ponce, quien se vio beneficiado del descuido de la defensiva visitante. Cabeceó picado, imposible de detener para Guillermo Ochoa y abrió el marcador ante la locura del estadio, que explotó en el grito de gol.
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