Elisa trabaja como afanadora en una institución gubernamental gringa de investigación secreta. Su colega y mejor amiga en el trabajo es una señora negra llamada Zelda, que dicho sea de paso, nadie mejor para este papel que Octavia Spencer. Un día, traen a las instalaciones enjaulado en una cápsula un ser extraño anfibio, que al final se descubre tiene poderes de sanación y autosanación, incluso de resurrección; este ser, logra una gran confianza y empatía con Elisa, tanta, que se enamoran. Como este ser era buscado con fines de investigación tanto por USA como por Rusia, ambos decidieron matarlo con tal de que ninguno se quede con este extraño ser.
Al conocer los planes de eliminación, Elisa urde un plan con su amigo el pintor. Este plan sale mal, pero igual pudo sacar al bicho raro de las instalaciones gracias a que el investigador principal, un ruso infiltrado en gringolandia, siendo mas investigador que asesino, ayudó a que Elisa, Zelda y el pintor saquen al anfibio de las instalaciones antes que le den muerte por el personaje perfectamente ejecutado por Michael Shannon, el policía malo de película. Al final, ese policía dispara al ser extraño y a Elisa, ambos -al parecer- resucitan y viven felices para siempre en el agua del mar, en donde huyeron.
Las partes dudosas o descuidadas de la película que en general está impecable, son dos: la parte donde Elisa llena el cuarto con agua, lo cual no sería posible, dado que el agua no puede ser retenida con simples toallas bajo la puerta. La otra, siendo un ruso entrenado e infiltrado, difícilmente -dado su papel-, pudiera denunciar a Elisa, aún estando al borde la muerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario