jueves, 18 de septiembre de 2025

Marcial - El lobo de Dios - HBO Ago25


Sobre Marcial Maciel existen muchos documentales y películas. Uno de ellos, que estoy viendo en HBO, tiene un título muy llamativo y muestra aspectos que yo no conocía.

Maciel nació en Michoacán y, desde joven, buscó crear su propia congregación. El Vaticano nunca lo aceptó al inicio, pero poco a poco fue convenciendo a gente influyente y entregando sobornos dentro de la Iglesia. Así fue tejiendo amistades en el Vaticano hasta que finalmente lograron aprobar su congregación, llamada Legionarios de Cristo. Aunque no era su nombre original, se impuso porque sonaba más atractivo.

Su método era siempre el mismo: buscaba principalmente a mujeres viudas o separadas con mucho dinero, las convencía y manipulaba para que entregaran donativos disfrazados de aportaciones religiosas. Incluso llegaba a involucrar a sus hijos, llevándolos a la congregación. Con estas prácticas y con sobornos, logró construir universidades en México, Estados Unidos y España, atrayendo a personajes de gran relevancia. También fundó los institutos Cumbres, con un modelo educativo religioso de élite, dirigido a las familias más ricas, asegurándose así de tener influencia en las altas esferas.

Se dice que Maciel fue víctima de abuso en su infancia, lo que dejó secuelas. Sin embargo, lo más grave es que él mismo abusó de niños desde sus primeros años como líder. Usaba excusas como dolores en las piernas o en los testículos para que lo tocaran, o “enseñaba” a los menores cómo debía hacerse, cuando en realidad los estaba abusando sexualmente. Décadas más tarde, muchos de esos niños denunciaron los hechos.

Su poder creció sobre todo durante el papado de Juan Pablo II. Aunque ya existían denuncias, Juan Pablo lo protegió, lo usó como organizador de sus visitas a México y se benefició de los recursos que Maciel aportaba. Gracias a ello, los Legionarios de Cristo se consolidaron.

Al mismo tiempo, Maciel llevó una doble vida. Disfrazado de civil, conoció a una mujer a quien convenció de que quería casarse. Formaron una familia y tuvieron hijos. Ella descubrió su verdadera identidad al ver su foto en una revista, aunque él lo negó todo. En la serie aparece también cómo Carmen Aristegui entrevistó a algunos de esos hijos, quienes denunciaron haber sido abusados por él. Incluso familias poderosas como los Sada de Monterrey tuvieron vínculos con los Legionarios, aunque luego se dieron cuenta de que estaban siendo utilizados.

En 2008, a los 87 años, murió el que muchos consideran el mayor criminal de la Iglesia católica. Jamás fue juzgado en vida. Su caída comenzó tras la muerte de Juan Pablo II y con la llegada de Benedicto XVI (Joseph Ratzinger), quien finalmente ordenó apartarlo de la Iglesia y le pidió retirarse a la oración y la penitencia. Maciel no obedeció: continuó viajando por el mundo, disfrutando de lujos y recibiendo hasta 20 mil dólares mensuales. Poseía, además, una casa en Florida con piscina y acceso a canchas de golf, donde murió.

Después de su muerte, muchos de sus seguidores tuvieron que aceptar la verdad, aunque durante años se negaban a creerlo. Las pruebas finales fueron contundentes: múltiples denuncias, testimonios, y hasta la existencia de segundas familias, como la que tuvo en España con doña Norma y su hija.

En mi opinión, todo esto muestra cómo la manipulación, el miedo religioso y las amenazas del “más allá” permitieron que un personaje como Maciel se mantuviera impune durante décadas, dañando a muchos mientras era protegido por los más altos niveles de la Iglesia.