El prestigioso cineasta y músico Leonardo Favio
falleció este mediodía según confirmó la agencia de noticias Télam.
Estaba internado desde septiembre luchando contra una larga enfermedad.
Tenía 74 años.
Es considerado uno de los directores de cine más
importantes del país, que supo dejar su sello propio en el séptimo arte
nacional y generó un fenómeno de culto en torno a sus películas.
Leonardo Favio nació el 28 de mayo de 1938, en Luján de
Cuyo, Mendoza, y recibió el nombre de Fuad Jorge Jury, que luego cambió
para dedicarse al arte. Sus primeros pasos los dio en el radioteatro,
como joven actor. Desde el momento en que comenzó a formarse en este
rubro supo que seguiría por ese camino y comenzó a buscar la manera de
destacarse en varias artes.
Fue cantante y compositor, uno de los grandes
precursores de la balada romántica argentina que hacía furor en las
décadas del 60 y 70. Grandes hits como "Fuiste mía un verano" y "Ella ya
me olvidó", nacieron con su voz. A lo largo de su vida, lanzó 25
discos. El último, en 2011, una colección de sus máximos hits.
Sin embargo, desde el comienzo y a pesar de su éxito
como músico, quiso seguir investigando otras aristas del mundo artístico
y comenzó a escribir guiones. Así fue como llegó a convertirse en uno
de los directores de cine de culto del país. Su primera producción
cinematográfica fue el cortometraje El amigo, estrenado en 1960.
Sus creaciones más destacadas fueron Crónica de un niño solo y El romance del Aniceto y la Francisca, consideradas como las mejores de la historia del cine nacional, según la crítica, Gatica, el mono; Juan Moreira; Soñar, soñar; Nazareno Cruz y el lobo; Perón, sinfonía del sentimiento,
con una duración de 6 horas. Obtuvo los Premios Goya y el de la
Asociación de Críticos Cinematográficos, entre otras distinciones.
Sus colaboradores más cercanos solían hablar de él como un trabajador incansable:
"Favio vive desprendido de la materia: es esencia
pura", dijo en una entrevista con LA NACION Rodolfo Mórtola, uno de los
colaboradores más cercanos. "Es casi un Buda, y hace mucho era todo lo
opuesto. Recuerdo que cuando filmábamos Juan Moreira había
momentos en los que desaparecía y, cuando lo encontraba, escondido a lo
lejos, estaba llorando y rogando a Dios que lo inspirara para conseguir
lo que había soñado. Es un creador muy obsesivo. Favio es un eterno
adolescente, hipersensible e intuitivo, y eso es en buena medida lo que
le permite ser tan creativo", agregó.
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