Para que mi hijo -de 4.5 años- aguantara sentado e interesado en ese tipo de películas (buena historia, pero difícil de representar), indica que estuvo entretenida. Y es que de verdad la hicieron muy bien, era una caricatura contada sobre otra caricatura.
El famoso piloto, ese que encontró al Principito, descansa ya viejo en un lugar del planeta, sigue soñando con regresar a buscar al Principito, por lo que en el patio aún tiene el viejo y destartalado avión en reparación.
Una madre soltera obsesionada con la disciplina y el estudio, llega con su hija a la ciudad donde reside el piloto y casualmente son vecinos. La mamá trata con disciplina exagerada a su hija, con tareas, avances y tiempos estrictamente medidos y controlados.
El viejo piloto y la nenita se conocen debido a un accidente que afectó parte de las dos casas, al tratar el piloto de encender su avión. El piloto envía a la ocupadísima niña una hoja de vez en vez de sus memorias, que corresponden ya compiladas, al libro del "Principito".
Logran una gran amistad a pesar de la diferencia de edades y viajan en busca del Principito, totalmente convencidos de encontrarlo en el desierto donde lo vieron por última vez.
La cosecha del guionista se deja ver a partir del momento en que encuentran al Principito, ya que este fue convertido al sistema productivo de la pujante ciudad, trabajaba de barrendero, y le habían lavado el cerebro de tal forma que perdió toda esa creatividad tan única que poseía. Piloto y niña logran reconvertir al Principito y regresa a sus viajes interplanetarios originales.
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