Es una tórrida historia de amor en la Polonia de la postguerra en 1949 (tal vez de ahí el título de esta cinta). Inicia Wiktor –un artista de la música- un casting para formar un grupo coral danzante de gran desempeño, con jóvenes campiranos, entre ellos estaba Zula, una bella mujer con voz excepcional. Desde la selección, Wiktor tuvo una fijación especial extramusical hacia Zula, ella también se sintió atraída por él desde el primer momento. Ambos secretamente se entregaron apasionadamente.
Desde ese momento se perfila una problemática y apasionada historia de amor. Por presiones políticas el abandona la dirección del grupo y también el país. Ella sigue en el grupo en diversas giras. Para poder reunirse con él en 1952, se casa con un italiano y lo busca en Paris. Aunque sigue profundamente enamorado, él ha cambiado adaptándose al estilo de vida libre, ajetreado y lleno de arte de la Ciudad de las Luces, ella se lo reclama repetidamente. En venganza de que él tuvo una pareja en Paris ella se mete con el mejor amigo y socio de Wiktor… se vuelven a separar y se va a su natal Polonia.
Ahora el sale en búsqueda de ella en 1954, pero no puede ir a Polonia por cuestiones políticas, a menos que vaya a la cárcel, acepta. Ella lo visita en la cárcel y ayuda a que salga en poco tiempo. Juntos se van a la zona rural para vivir solos y sin problemas.
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