lunes, 14 de noviembre de 2011

20 preguntas a Javier Mosquera.

1. ¿Escribir sobre lo público o lo privado?

¿Si escribes sobre algo privado no lo haces público al publicarlo? Perdón, mis antepasados me asaltaron las ideas y me hicieron responder con otra pregunta. Costumbre muy de ellos. Las cosas públicas son, en el mejor de los casos, vergonzosas. Prefiero escribir sobre lo privado

2. ¿Escribir de día o de noche?

A veces escribo a las cuatro de la mañana, de día, pero en realidad es de noche. Si se hace de día, existe el peligro de los besos en el cuello y la cerveza con los amigos. De noche, habrá que cuidarse de fantasmas y pesadillas. Tomadas las debidas precauciones, es igual.

3. ¿Cuál es la obra literaria más sobrevalorada?

La mía, por supuesto.

4. ¿Y la injustificadamente olvidada?

También la mía, qué remedio.

5. ¿La obra maestra que nunca ha leído y quizá ha dicho que sí?

Harry Potter de J.K. Rowling.

6. ¿Cuál es el secreto literario mejor guardado?

Cómo poner la primera palabra en una página en blanco.

7. ¿Hace daño el culto al escritor?

El escritor es un sátrapa, embustero y usurpador. Firma los libros, se toma las fotografías y recibe los homenajes. Pero quien escribe, en realidad, es el autor y a ese solo es posible encontrarlo en los espacios en blanco que quedan entre las palabras y las líneas.

No solo hace daño, es un error imperdonable darle relevancia (un ejemplo claro son las respuestas de este escritor a esta entrevista. Yo recomendaría no hacerle mucho caso).

8. ¿Cómo reaccionaría si descubriera miles de copias piratas de sus libros en el mercado negro?

Con una inmensa alegría. Eso significaría que mis libros se leen o se venden tanto que los bucaneros de la fotocopia ya lo tienen como uno de sus tesoros.

9. ¿El Estado debe pagar para que los escritores escriban?

El que paga es el jefe, ¿no es verdad? Y el jefe manda al empleado a hacer lo que a él le da la gana. ¿Necesito extenderme más?

10. ¿La escritura creativa puede aprenderse en un taller?

En un taller se enseña a iniciarse en el oficio. Los demonios son personales y se llevan consigo, o no se llevan.

11. ¿Qué es un best-seller?

Un artículo que sirve para que un librero sea agradable a la vista. Vienen en diferentes tamaños, colores y grosores. En algunos lugares pueden conseguirse por metro. Si no se tiene mucha gracia, es bueno contratar a un especialista para que el resultado final cumpla con las exigencias del diseño interior de actualidad.

12. ¿Qué hábito envidia de otro escritor?

No soy ni chismoso ni voyeur, así que no conozco los hábitos de ningún otro que escriba. Pero puedo imaginar a alguno en el mundo que se instala frente a la computadora y escribe y escribe sin descanso y que es alimentado a través de una sonda y que solo se levanta para ir al baño y que es capaz de vivir en los mundos que inventa. A ese envidiaría.

13. ¿Qué eslogan propondría para una campaña nacional de lectura?

“Leer sirve para todo, menos para ser político o soldado”.

14. ¿Si fuera libro cuál sería?

Uno ni grande ni pequeño, más gordo que delgado y con la parte de arriba ya un poco pelona. Y el nombre, probablemente Rayuela.

15. ¿Cuál fue el primer libro que robó o debió haber robado?

El guión de la película de Woody Allen, Robó, huyó y lo atraparon (Take the Money and Run).

16. ¿Raya los libros?

Con lápiz.

17. ¿Con qué cliché literario se (le) identifica?

“Escribes bien, pero tus textos son muy complicados”. Pero, ¿qué quieren?, si vivo en la casa que queda frente al manicomio.

18. Si estuviera en su poder ser obedecido como gobernante, ¿qué regla le impondría a los ciudadanos?

No obedecer regla ninguna.

19. ¿Qué muerte célebre, de algún personaje real o de ficción, le gustaría tener?

Pues la de aquel de la canción, “no estaba muerto, andaba de parranda”.

20. Si este es su último aliento, ¿cuáles son sus últimas palabras?

Toco madera, viro y reviro. Botellita de jerez por si acaso.

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