miércoles, 24 de diciembre de 2025

Avatar 3: 8 - Cinépolis.

 

Ayer la vi; dura casi tres horas. En realidad, todo gira en torno al chico humano, que es hijo de un avatar y de una humana. Él necesitaba una mascarilla con oxígeno para poder sobrevivir, pero en una de las peripecias que tuvieron ya estaba a punto de morir porque no conseguía el reemplazo de su máscara. Entonces una de las hijas de los protagonistas, la chica, llamó a la Madre Tierra, a la Gran Madre, y mediante una especie de medusa flotante —porque ellos ya vivían en el agua— logró contactar con ella.

El muchacho estuvo como unos minutos tirado, y se le metieron una especie de hongos en todo el cuerpo, lo que le hizo posible vivir sin la máscara. Toda la película giró en que querían localizar a esta persona, los del aire como les dicen ellos, para analizarlo, sacarle sangre y poder convertir a todos en gente que pudiera vivir tanto en la tierra, o sea en el aire, como abajo donde estaban ellos, sin tener que usar una máscara.

Y claro, está la eterna pelea entre esos dos grandotes que viven allá arriba, con toda la tecnología que han desarrollado, y los de abajo, que quieren vivir de la naturaleza y de la Gran Madre. Al final, uno de los guerreros de esos grandotes cae en un pozo lleno de fuego, pero no se ve su muerte, por lo tanto ahí van a preparar el siguiente Avatar. Por cierto, él es el papá de ese güerito que es terrícola.


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