Muy buena película, aunque bastante explícita y llena de sangre, con escenas asquerosamente gráficas.
La trama gira en torno a una psicóloga que pierde a su hija, quien muere ahogada. Desde ese momento, busca desesperadamente una manera de recuperarla, recurriendo a métodos esotéricos. En su búsqueda, encuentra lo que ella llama un “ángel”, aunque en realidad la película da a entender que es un demonio.
Ella decide introducir a ese ser dentro de un niño al que secuestra. A través de unos videos se muestra cómo el niño poseído se transforma en una especie de monstruo que muerde a las personas. Para que el ritual funcione, debía morder el cuerpo ahogado de la hija de la protagonista y luego vomitar dentro de la boca del muerto, con el fin de revivirla.
Se da a entender también que la psicóloga mató al padre de esos niños, pues al inicio de la película aparece muerto en el baño. Como los hijos quedaron huérfanos y estaban cerca de cumplir la mayoría de edad, fueron enviados a una casa de cuidado, que resultó ser la de esta psicóloga.
El problema es que uno de los chicos tenía antecedentes de violencia, lo que complicó la situación. Al final, los jóvenes logran escapar de la mujer, que resulta ser una verdadera demente.
La historia se desarrolla como una mezcla de terror psicológico y gore.
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