El problema surge cuando, el día que esperaban la pensión de la madre para completar el dinero, ésta en lugar de dar el apoyo compra un coche nuevo. Entonces la protagonista queda contra el tiempo: tiene 24 horas para conseguir los $25,000. Se obsesiona con la idea y durante toda la noche y madrugada busca el dinero desesperadamente.
Roba una caja fuerte a una amiga que le debía $3,000, pide dinero prestado a su amante (que se burla de ella), y termina robándole también el coche para revenderlo. La caja fuerte resulta pertenecer a un político: adentro había diamantes, tres relojes Rolex, cocaína y efectivo. Con todo eso logra reunir alrededor de $20,000, pero aún le faltaban $4,000 para completar el enganche.
En ese momento, su compañero de aventuras —un joven afroamericano que la había acompañado en la noche— le dice que le vende el auto, pero después revela su verdadera intención: quiere quedarse con la mitad del dinero, alegando que él también arriesgó su vida durante el robo. La situación escala, y finalmente ella lo atropella para librarse de él, llevándose el dinero y el coche para cumplir con la cita en que debía pagar la casa.
Antes de marcharse, se despide de la única persona que realmente ama: su hermano Kenny. Le deja dinero a él y a su madre, mientras ella se va con lo que logró juntar.
Al final, la historia da un giro: uno se da cuenta de que la madre no estaba tan loca como parecía; en realidad, la hija es la que ha llevado una vida desordenada, rebelde y llena de malas decisiones. La madre también tiene sus defectos, pero se revela que la verdadera “desmadrosa” es la protagonista.
En la misma madrugada, ella visita a Tommy, un antiguo amor, pero recuerda cómo él la humillaba, pidiéndole que se acostara con otros hombres a cambio de dinero. Ese recuerdo le deja claro que ha tenido relaciones tóxicas y decisiones equivocadas.
La película cierra mostrando que la hija —que tendría unos 28 años— es quien realmente está perdida, y no la madre como se insinuaba al principio. El giro final deja claro que la vida rota, los excesos y los problemas emocionales eran de ella, no de su madre.
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